miércoles, 30 de noviembre de 2016

CANTAR DEL DESTIERRO. EMPIEZA LA HUIDA


CANTAR DEL DESTIERRO


El refugiado sale de Madrid, a Valencia va encaminado,
allí deja su hogar, yermo y desheredado.
Con lágrimas en los ojos muy fuertemente llorando
la cabeza volvía y quedábase mirando
Mi buena y linda casa,  atrás quedaba llorando,
vendida por poco, a precio de buen saldo,
pues para poder tener dinero, y ganar al menos algo
todo lo que teníamos, deberíamos dejarlo.

La tristeza me consume, por tener que abandonarlo
La cama, los discos, y los juegos, se quedaban embalados,
pero como hijo bien nacido, a mis padres seguía animando,
ya que ellos por dentro, estaban destrozados.

De menos echaré, la infancia que viví,
corriendo por los parques, sin parar de aquí a allí.
Tanto disfruté, y tanto me reí,
que con mucha dificultad, los recuerdos se irán de mí.

2ª PARTE: El viaje
Cogí las últimas cosas y las metí en la maleta para emprender el viaje. Salimos al amanecer para perder el menor tiempo posible. Mis padres y yo nos metimos en el coche, cada uno con su maleta, donde llevábamos lo imprescindible. 

Mi maleta se basaba en un cargador para el móvil, una sudadera, un pantalón, un par de juegos de ropa interior, una fotografía de mi abuela, y tres libros. Uno de ellos era el que estábamos leyendo en clase "Fernando, el temerario", que me resultaba muy interesante, y como me gustaba, decidí llevármelo para acabarlo; otro era el que teníamos que leer para la segunda evaluación del instituto, y que al ver las críticas, como eran muy buenas, decidí llevármelo también; y "Protectores de Celeste", que había escrito un amigo mío y estaba recién publicado, por lo que aún no lo había leído.

Como cogimos unos bocadillos, paramos a desayunar cerca de Montilla del Palancar, a mitad de camino de nuestro viaje hasta Valencia. Todo parecía tranquilo y estábamos un poco más animados. De repente, por la radio escuchamos que los militares valencianos se dirigían hacia Madrid, registrando y deteniendo a todo aquél que se encontrasen en su camino. En ese momento, cerca de Utiel, nos desviamos por un camino de tierra, hasta adentrarnos en un bosque para no ser vistos desde la carretera, porque a lo lejos, vimos como un destacamento militar se acercaba frente a nosotros.

Por miedo a que pudiesen venir más militares por la carretera, hicimos noche en ese bosque, durmiendo dentro del coche, y como estábamos cerca de una higuera y sus higos estaban maduros, decidimos cenar unos cuantos.

Al día siguiente, antes de que amaneciese, mi padre arrancó el coche, y continuamos nuestro viaje hasta el puerto de Valencia, donde nos esperaba un buen amigo, que nos ayudaría en nuestra huida a un lugar mejor.













miércoles, 16 de noviembre de 2016

¡AY, CADENAS DE AMAR!, ¡CUÁN MALAS SOIS DE QUEBRAR!

Mi nombre es Carlos, aunque muchos me conocen como Charlie, y vivo en el Barrio de Rejas, en Madrid.

Ultimamente mi ciudad está siendo amenazada por constantes avisos de bombas y la situación se complica cada día más. Mis padres están pensando en irnos a vivir a otra ciudad porque el miedo no nos deja ni respirar, pero no veo nunca que llegue el momento. Mientras tanto, aqui sigo, cada día más solo.

Lo que más me duele es la insoportable ausencia de mi amada, porque ella ya se ha marchado lejos, muy lejos. Mis amigos se han ido marchando poco a poco, y me estoy quedando solo en esta ciudad amenazada y muerta de miedo, y aunque me animan diciendo  que no perderemos el contacto, espero que cuando todo esto acabe, podamos volver a reencontrarnos todos en algún lugar del mundo.

Se va mi corazón de mí
¡Oh, Dios!, ¿Acaso volverá?
¡Es tan fuerte el dolor por el ser amado!
Enfermo está, ¿cuándo sanará?

Algunos de mis vecinos, ya han emprendido la huida hacia otros lugares, y el barrio se va quedando vacío poco a poco. Las calles ya no tienen el bullicio de antes, y los niños ya no juegan fuera de casa por el miedo a las bombas, lo que hace que me sienta más indefenso y asustado frente a este problema.

Mi amor, pronto me iré, pero espero que también pronto pueda volver a encontrarme contigo, porque te necesito a mi lado. Creo que voy a enloquecer .....

Ven a mi casa, mi amado,
Si tú te vas, esta traición traerá misería.
Ven a nuestro encuentro apasionado.

¡Misericordia, mi amado!
¡Tú me haces desolada si te vas!
Buen hombre, besa mi pequeña boca,
y no me dejes aún sola.



viernes, 4 de noviembre de 2016

LA LENGUA Y YO

1.- MIS PRIMERAS PALABRAS. 

Por lo que cuentan mis padres, yo empecé a hablar muy pronto, y las primeras palabras, supongo que fueron igual que todos: "papá", "mamá", "agua", "pelota", "NO" y "más", por supuesto no con esta claridad, pero ellos me entendían perfectamente.

Mi madre recuerda que mis vecinas del bajo, (unas señoras mayores), alucinaban con nosostros, porque mi madre me hablaba con un lenguaje "normal", es decir, que al agua le llamaba agua, y al chupete le llamaba chupete, nada de "tete". Ellas siempre le decían: "¿pero tu crees que el niño te entiende? Hablale como a los bebés...", pero mi madre de eso nada de nada. Posiblemente, este fue el motivo por el que empece a hablar con bastante claridad muy pronto, desde la guardería, y cuando llegué al colegio en 1º de Infantil, mi tutora Juani, siempre decía en las reuniones con padres que "tenían que hablar con los niños, para que aprendieran a pronunciar bien, y no con palabras "de bebés"; mi madre preguntaba: ¿Juani, y yo?, y Juani le contestaba: "Nooooo, a Carlos no le hables más, que el ya lo hace solo y sin parar".

En el tema de escribir, pues mis primeras letras fueron escritas en unas fichas, pero lo que más me gustaba, era como nos enseñó Juani a conocerlas, y era que cada nueva letra, teníamos que llevar recortes de cosas que empezasen por ella, y junto con mi madre, buscábamos por revistas, periódicos, por ejemplo, si tocaba la letra C, buscábamos fotos de "camión", "casa", "cubo", "carta", etc. No se me olvidaba llevarlo nunca. Me gustaba ese trabajo.












  
2.- LAS LETRAS DE MI INFANCIA

Las primeras canciones que mi madre me cantaba eran cuando todavía estaba en su barriga, una de ellas era "El barquito de cáscara de nuez", y por lo que cuenta, la debía de escuchar bien, porque cuando nací, cada vez que me la volvia a cantar ponía los ojos como platos y me relajaba bastante. 
https://youtu.be/Zm9Y-Zwf9O8

Mi madre me cantaba muchas canciones y entre ellas estaban todas las canciones infantiles con las que ella creció, como la de "Pin Pon, es un muñeco..", y los dos haciamos los gestos que decia la canción. 
https://youtu.be/rpQaIfF2BQo

Mis primeros libros, eran cuentos con pictogramas, y los leíamos juntos, ella leia las letras y yo "leia" los dibujos, porque la verdad es que lo de leer nunca me ha gustado mucho, pero con estos libros se hacía más divertido.



3.- LAS PALABRAS DE MI GENERACION

En mi generación  (la jerga juvenil) solemos usar expresiones diferentes a las que solemos utilizar por ejemplo con nuestra familia. Ejemplos: "no te ralles" es una expresión que se le suele decir a nuestros amigos cuando se comen la cabeza por el motivo que sea; "bro" se suele usar con amigos de confianza y darle un toque "guapo" por así decirlo, y a la vez esta anterior, se usa para expresar lo que sientes al ver algo que te parece chulo o que te gusta, o también se usa la palabra "flama" o "flamote", ej: ese coche está to flamote; tu chupa está to flama.

Yo personalmente no soy de leer libros ni prensa, aunque a veces me da por leer algún artículo que me parezca interesante en internet, o textos sobre el streetworkout o la calistenia.